La Fundación Universitaria Internacional de La Rioja ratifica su compromiso con la excelencia en una Graduación inolvidable de 700 estudiantes

El magno acto se celebró en Corferias de Bogotá, al que asistieron cientos de graduandos con sus familiares, mientras otros lo protagonizaron en remoto.

Más de 700 estudiantes vivieron una jornada memorable en la ceremonia de Graduación.

La Fundación Universitaria Internacional de La Rioja sigue creciendo y fortaleciendo su compromiso inalterable con la excelencia formativa para la sociedad colombiana. La Ceremonia de Graduación 2024 que tuvo lugar este sábado, en Bogotá, celebrada por esta institución educativa, evidencia el avance imparable de la educación superior en línea de máxima calidad en el país.

Más de 700 estudiantes (procedentes de todos los territorios colombianos) se congregaron en el recinto ferial Corferias para vivir una jornada única, en la que ofrecieron una hermosa lección de vida: fijar metas, crecer en el plano formativo, profesional y personal y embarcarse en un proyecto universitario a veces puede no resultar sencillo (por numerosos motivos), pero se consigue si existe determinación, perseverancia y -principalmente- sueños.

Los graduandos, en el auditorio de Corferias.

Ellos precisamente soñaron alguna vez con terminar sus estudios de pregrados o posgrados. Y lo consiguieron. Así fue que se reunieron en esta jornada de manera presencial o virtual para celebrar con sus compañeros, familiares, amigos y demás allegados el objetivo tan anhelado… y concretado. Un total de 453 estudiantes asistieron al recinto, y otros 232 lo protagonizaron el evento desde sus hogares, ya que fue transmitido en directo, vía streaming.

Escenas imborrables y para la posteridad

Desde las 8.30 h, los graduandos fueron llegando al lugar de la cita, acompañados por abuelos, sobrinos, novios, padres, amigos… Ya en los accesos al recinto comenzaron a sucederse ráfagas imborrables y sumamente emotivas: una madre caminó feliz, de la mano de sus pequeños de 5 y 8 años, hacia el sector habilitado para recibir la toga y el birrete y cambiarse, antes de entrar a la sala donde se iba a celebrar el magno acto.

Dra. Flor Nancy Díaz Piraquive, rectora de Fundación Universitaria Internacional de La Rioja.

Otro graduando, ya cruzando la barrera de los 60 años, arribó acompañado de su nieto pequeño, al que -con su testimonio de vida- le ofreció un legado conmovedor: la etapa de formación no termina nunca, y la fase de educación no debe estar sujeta a determinadas franjas de edades y momentos concretos de la vida.

Hubo esposas arropadas por sus compañeros de vida que estudiaron durante meses o años mientras criaban hijos. Y grupos jubilosos de amigos que acompañaron a veinteañeros o treintañeros a lo largo de su camino para festejar este gran logro. También, personas con capacidades diferentes que sortearon enormes obstáculos para finalizar sus estudios y demostrar que nada es imposible si existe pasión y garra, como el caso de Miguel Adolfo Guerrero Pulido, del programa de Pregrado en Ingeniería Informática, con discapacidad auditiva, que recibió su diploma con emoción…

Dr. Manuel Herrera, director académico de Relaciones Internacionales de UNIR.

Muchos de ellos retrataron el momento en fotografías tomadas en los photocalls. También se sucedieron las lágrimas, los abrazos y las escenas de adrenalina, con los sentimientos a flor de piel, en los instantes previos al inicio de la ceremonia para tantos otros.

Entrada de la comitiva académica

Esta comenzó oficialmente a las 10.30 horas en el pabellón 1 del mencionado lugar, cuando la Dra. Flor Nancy Díaz Piraquive, rectora de esta institución educativa, ingresó al auditorio secundada por los demás integrantes de la comitiva académica. Le acompañaron en la mesa directiva el Dr. Manuel Herrera, director académico de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR); y las siguientes personalidades académicas de la Fundación: José Fernando López Quintero, vicerrector académico; Nini María González Murillo, secretaria general; Diana Milena Carvajal Montealegre, coordinadora académica de la Facultad de Ciencias Económicas, Contables y Administrativas; Javier Ricardo Luna Pineda, coordinador académico de la Facultad Ingeniería y Pregrado en Ingeniería Informática; Dora Cristina Enriquez López, coordinadora académica de la Facultad de Educación; y Julietha Alexandra Oviedo Correa, coordinadora académica Esp. en Neuropsicología y Educación y Especialización en Educación y Orientación Familiar.

Un egresado, durante la ceremonia.

También lo hicieron Karen Eliana Angarita Casas, coordinadora académica del pregrado en Marketing y Publicidad y de la Especialización en Marketing Digital; María Fernanda Chaparro Ronderos, coordinadora de la especialización en Seguridad Informática, Ingeniería de software y  en Dirección y Gestión de Proyectos; Aura Nelly Hurtado, coordinadora académica en Salud y especialización en Administración y Gerencia de la Salud; y Gustavo Adolfo Jiménez Silva, coordinador de Pregrado Administración de Empresas, Especialización de Alta Gerencia y Especialización de Inteligencia de Negocio.

Los graduandos, en uno de los tramos más emotivos de la ceremonia.

En el auditorio también estuvieron presentes directivos, personal de gestión, investigadores y otros trabajadores y voluntarios de la Fundación Universitaria Internacional de La Rioja, junto a destacados representantes de organismos e instituciones colombianas. Entre otros, asistieron: Ignacio Hierro, director ejecutivo de Calidad de UNIR; Javier Arteaga, country manager UNIR Colombia y director de expansión en Latam; Juan Santiago Rodríguez Dueñas, presidente del Consejo Superior de la Fundación Universitaria Internacional de La Rioja;  y directivos y coordinadores de Centros de Servicio Universitario en Colombia.

Reconocimiento “a la dedicación, el esfuerzo y la pasión”

Todos los concurrentes después entonaron el Himno de la República de Colombia. A continuación, fue el turno de palabra de Díaz Piraquive. Tras dar la bienvenida, pronunció un discurso en el que destacó la enorme significación que tuvo la ceremonia: “Es momento de reconocer y honrar la dedicación, el esfuerzo, el compromiso y la pasión que pusieron para lograr este, uno de sus objetivos. Sí, se cierra un ciclo, pero inmediatamente, se abre uno nuevo, que les muestra que ya son capaces de vislumbrar nuevas oportunidades y de enfrentar nuevos desafíos”, dijo a los graduandos.

Más de 400 graduandos asistieron presencialmente al encuentro.

“Han superado obstáculos, han enfrentado dificultades, han aprendido a levantarse una y otra vez, con la total convicción de que este momento llegaría. Y sí, ya están listos para afrontar lo que viene, con humildad, confianza, sabiduría, ética y con mucha ambición”, agregó, mirando hacia las filas donde se situaban los graduandos.

“Hoy van a tener el título en sus manos. Han alcanzado las mejores calificaciones, pero más que eso, hoy lograron el mejor de los éxitos, han crecido como personas, han valorado el aprendizaje de los fracasos y han encontrado la fuerza para seguir adelante. Hoy no es el final del camino, sino el principio de una nueva etapa, llena de infinitas posibilidades. Están listos para lograr sus sueños y metas: quedaron equipados con el conocimiento, las competencias y las habilidades necesarias para hacerlos realidad, con trabajo arduo, perseverancia y la voluntad de seguir aprendiendo y creciendo”, aseveró.

Dos egresadas celebran el gran logro.

Tras abordar algunos de los retos que ellos tienen por delante (como el avance imparable de la tecnología, “que está permitiendo la transformación del aprendizaje para avanzar hacia nuevas modalidades de formación y trabajo profesional”), dejó un mensaje final que generó un largo aplauso cerrado de todos: “El futuro es de ustedes y está lleno de oportunidades que solo esperan ser aprovechadas. Es hora de que cada uno de ustedes dé el siguiente paso hacia la vida que siempre soñó. El éxito está en sus manos y, ahora, es el momento de hacer que suceda. ¡El mundo los espera!”.

La relación profesor-alumno en la era digital

Posteriormente, el orador fue Manuel Herrera, quien pronunció la lección magistral ‘La relación profesor-alumno en la era digital’. “Hemos hecho un enorme esfuerzo para que estén aquí, pero el gran esfuerzo lo han hecho ustedes. Miren en su interior, van a encontrar noches de sufrimiento, nervios, ilusión… Integramos una sociedad en la que la formación no acaba nunca. Cada una de sus historias son únicas y maravillosas”, aseveró.

Después preguntó a los graduandos: “¿Ustedes creen en las acciones que activan o en las que estructuras que oprimen? ¿Qué ven ustedes para sus vidas, acciones o estructuras? Personalmente, yo lucho por no ver cada día ni acciones ni estructuras, sino por ver relaciones. Aconsejo que no contemplen acciones y estructuras. Contemplen relaciones”, aseguró.

Y agregó: “¿Cuál es el rol del profesor? ¿Qué está pasando hoy con el alumno? Estamos asistiendo a la revolución tecnológica, que es tan importante como la invención de la rueda o la máquina de vapor. La revolución tecnológica nos está cambiando la forma de relacionarnos. Tenemos saturación de información y acceso a todo. Vivimos una época de cambio. Habrá quien se adapte, y quien no se adapte. Pero el auténtico protagonista en el aula seguirá siendo el alumno”.

Para finalizar su disertación, confesó: “He sido un privilegiado por dedicarme a lo que me gusta, la enseñanza. Desde pequeño quería ser profesor. ¿Y por qué me gusta tanto mi labor? Quizás, porque soy muy soberbio. Me dediqué a ser profesor porque quiero ser eterno. ¿Y quién de ustedes no quiere ser eterno? Uno puede ser eterno cuando se perpetúa en los demás. Y puede hacerlo de la manera más bonita. Los profesores universitarios, cuando dejamos huella, podemos ser eternos porque vivimos en ustedes”.

“El tiempo es una dimensión que no valoramos. Vívanlo intensamente, porque es único, y miren siempre hacia adelante”, concluyó.

Entrega de los diplomas simbólicos

Después tuvo lugar el Juramento académico de los egresados, por parte de Nini María González Murillo. Y, posteriormente, se realizó uno de los momentos más especiales de la ceremonia: la entrega de diplomas simbólicos a los estudiantes. Ellos fueron llamados uno a uno al escenario.

Karen Yinet Meneses Rincón, egresada de la Especialización en Educación y Orientación Familiar, pronuncia su discurso.

Los Graduandos pertenecen a los programas académicos de la Fundación de Ingeniería Informática, Administración de Empresas, Contaduría Pública, Marketing y Publicidad, Administración de la Seguridad y Salud en el Trabajo, Licenciatura en Educación Infantil, Negocios Internacionales y Administración en Salud.

También, de las Especializaciones en Alta Gerencia, Dirección y Gestión de Proyectos, Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo, Gestión Humana, Marketing Digital, Neuropsicología y Educación Ingeniería de Software, Seguridad Informática, Gerencia Educativa, Visual Analytics y Big Data, Industria 4.0, Educación y Orientación Familiar, e Inteligencia de Negocio.

Todos recibieron sus diplomas y posaron en hileras en el escenario, junto a los profesores y coordinadores que les acompañaron durante sus trayectos. Dedicaron ese triunfo a también a los tutores que les guiaron. Y claro, a los familiares que les ovacionaban desde el sector trasero del pabellón.

“Una huella imborrable en nuestras vidas”

Al finalizar ese tramo central de la ceremonia, la estudiante Karen Yinet Meneses Rincón, egresada de la Especialización en Educación y Orientación Familiar, pronunció un discurso en representación de todos los egresados de la promoción 2024, en el que agradeció
el apoyo “de todos los acompañantes en este hermoso viaje. Hoy nos reunimos para celebrar un logro que representa no solo nuestro esfuerzo individual, sino también la colaboración, el apoyo y la dedicación de todos los que nos han acompañado en este viaje.  Quiero agradecer a cada uno de los docentes, quienes con su experiencia, profesionalismo y calidez no solo nos han impartido conocimiento, sino que también nos han inspirado a cuestionar, explorar y pensar críticamente. Sus esfuerzos han dejado una huella imborrable en nuestras vidas personales y profesionales”, señaló.

Asimismo, formuló un reconocimiento especial “a todos los tutores que estuvieron siempre motivando y acompañándonos en el proceso, en el que se presentaron días buenos y no tan buenos. Pero, a presar de esto, nos inspiraron para lograr una meta tan añorada. Hoy, al recibir nuestros diplomas de profesionales y especialistas, podemos afirmar con orgullo que hemos superado los obstáculos y de allí hemos emergido más fuertes y sabios. Este logro no es solo un reflejo de nuestras capacidades académicas, sino también de nuestra resiliencia y determinación. Mientras nos preparamos para el siguiente capítulo recordemos que la educación no termina aquí. Lo que hemos aprendido es solo el comienzo. Llevemos con nosotros el deseo de seguir aprendiendo, de cuestionarnos y de contribuir positivamente a la sociedad”, agregó.

Por último, lanzó un mensaje final a sus compañeros y colegas: “Siempre debemos buscar la manera de hacer del mundo un lugar mejor”.

Tras la lectura del acta, llegó el desenlace de la ceremonia: a la entonación de todo el pabellón del himno universitario por excelencia, el Gaudeamus Igitur, le siguió el tradicional ritual de lanzamiento de birretes al aire. Y así transcurrió una jornada para la posteridad, que ocupará alguna de las páginas más entrañables de la Fundación, aunque nuevos capítulos llegarán en el trayecto de crecimiento y consolidación de esta institución.